domingo, 24 de junio de 2007

Adolfo Zaldívar... el díscolo que aburre a la Concertación.

En una nueva demostración de ser un Senador con gustos propios e individualistas, el Senador Zaldívar realizó un acto que justificó de maravilla y que merece una mención especial.

Exigió que para votar a favor del proyecto de inyección de recursos al Transantiago los ministros Andrés Velasco (Hacienda) y Eduardo Bitrán (Obras públicas) pusieran sus cargos a disposición de la Presidenta por su responsabilidad en la puesta en marcha del proyecto. Una dura petición que de absurda no tiene un pelo, porque como en todo trabajo –y sobre todo en este- se debe responder por los errores. No se trata de pasar desapercibido en una metida de pata como tantas que ya ha habido dentro del grupo de colaboradores de la Presidenta. El “basta ya” de Adolfo Zaldívar es algo a lo que me uno; terminemos con los lavados de manos, aquí hay culpas y alguien debe pagar por ellas.

Cuando dice “yo me debo primero a la gente” está siendo un político al que todos los políticos debieran aspirar a parecerse, como se dice: un político ejemplar. Y con esto sus razones siguen siendo fundadas al ejercer su voto en base a su creencia de que la gente va primero, en base a lo que él cree correcto, porque lo que no queremos es volver a una dictadura; en este caso no podemos permitir que existan dictaduras de partidos en la que se manipulen los votos de los partidistas con amenazas.

¡Si queridos amigos, créanlo estamos frente a un político ejemplar! ¿O no?

Lamento decepcionar a los díscolos colorines; créanlo, el Senador hizo un pacto con Darth Vader y se alió con el lado oscuro. Muchos no cayeron en su juego y sus palabras, logrando zafar de ellos y abriendo los ojos a una realidad sensata; y es que sus constantes actos de oposición a proyectos del gobierno hacen creer que ya es un hecho que los díscolos tienen una alianza con RN. Usted, Senador, contradice su propia esencia Concertacionista. Extrañamente, usted tiene mucho de razón cuando opina sobre el proyecto Transantiago, pero su voto lo ejerce como un político de la más extrema derecha. No es mi trabajo hacerlo entrar en razón, sólo le pido que escoja en que lado se está parando usted; decida de una vez para lograrlo entender y así saber que usted es de la Concertación o de su propio partido muy cercano a una derecha que obstruye las soluciones.

Finalmente sus intentos por parecer un modelo a seguir terminaron por hacerme creer que es justo el tipo de persona que no se debe imitar. ¡Diga lo que diga, haga lo que haga, Senador, no le creo nada! Ahora menos que nunca. Porque usted representa lo que muchos odian en los políticos... el oportunismo. Comprenda que la crítica no se dirige del todo a lo que usted piensa del proyecto -porque éste tema es muy abierto a la subjetividad-, sino que en la coherencia de su personaje político. Aún así, pedir renuncias a estas alturas es agrandar el escándalo ya presente, obstaculizar impulsos para mejorar el sistema es peor aún, más aún siendo un Senador que confiesa ser un paladín de los intereses del pueblo –cosa que debiera ser así siempre- primero que todo, porque si se da cuenta estimado Adolfo es una cuestión de lógica y ética; mire usted lo fácil que es:

No Voto: suben las tarifas.

Voto: se mantienen las tarifas.

Dígame usted mi estimado, ¿Defiende usted los intereses del pueblo?, más aún, ¿Qué busca con esto? ¿De que lado está? Espero que no con la linda frase "del lado del pueblo" porque como se ve, negar el voto no es estar del lado del pueblo. Usted tiene mucha razón con lo que dice, pero al parecer no logra convencerme ni a mi ni a mucha gente. Un consejo: utilice el dinero que el Estado le entrega a sus Senadores para asesorarse, úselo en alguien; yo me ofrezco.

lunes, 11 de junio de 2007

La tregua.

El peor de los escenarios para la Presidenta se ha dado con el lamentable incidente de su hija; cuestión muy parecida a lo que, en alguna oportunidad, le ocurrió.

Nada podía ser peor… le bastaba con el Transantiago y en general los constantes problemas que giran en torno a la Moneda. Pero sí fue peor y, como siempre, la mandataria tuvo que enfrentarlo. La cuestión no se trata de mostrarla como un mártir y menos de victimizarla, simplemente, de mostrar que aquí, más allá de políticos, hay personas. Se preguntaran porque me aventuro a decir tal obviedad, pues bien la cuestión es muy fácil, el día a día hace verlos de una manera distinta, los transforma en protagonistas de una teleserie. Claro, si en las teleseries todo es ficción y cuando alguien llora todos sabemos que en realidad no lo está haciendo del todo. Pero las cosas no son así, las personas somos todas iguales, SIN EXCEPCIÓN.

Vamos al caso de las vacaciones… ¿no merecen todos, y sin excepción la oportunidad de tomárselas? Todos merecen y deben tener vacaciones… me pregunto ¿Por qué la Presidenta no puede hacer uso de ese derecho? Porque es la Presidenta dirán algunos... una respuesta que no tiene ningún tipo de fundamento. ¿No era el momento?, puede ser, pero aún así es un derecho del que se puede hacer uso cuando se quiera; lamentablemente hizo uso de ese derecho en el pero momento; ese fue su gran error.

Lo que intento hacer es demostrar que aquí no hay robots, no hay actores, hay personas que sufren, que se desgastan como cualquier otra persona (sigo diciendo obviedades, pero el sentido común me dice que es necesario recordarlo).

Hoy puede denominarse el día de la tregua, un día en que los políticos dejaron el debate político para dar un gesto de unidad y solidaridad en torno a la Presidenta. Este gesto es el que debiera llevarse al día a día, a cada discusión ideológica, a cada rincón del Estado y la sociedad, porque sólo así se construye un verdadero país. No se trata de coincidir siempre en todo, se trata de ceder, un dar y recibir razonado que le cambie la cara a la política. Sólo así la opinión pública lograra dibujar una cara distinta a la que hoy ven en todos los políticos.

domingo, 3 de junio de 2007

El cierre de RCTV… ¿Un paso más al totalitarismo?

En las últimas semanas Venezuela se ha visto al centro de la polémica, nuevamente, por el cierre de un canal de televisión- RCTV-, o debiera decirse más bien que no hay una renovación en su concesión; pero dejémonos de rodeos, esto constituye un cierre del canal por actitudes contra el gobierno venezolano.

La justificación del cierre del canal es de hecho muy buena, y además le viene como anillo al dedo a Chávez, simplemente porque cierra un canal opositor y, más aún, lo hace de una forma limpia y democrática… por lo menos primera vista. Con todo, sigue fortaleciendo su poder y cerrando el círculo de a poco, apretando a aquellos que podrían llegar a ser un riesgo para él y sus planes Bolivarianos. Lo que Chávez no logra visualizar, es que el mundo se canso de tipos como él. Nos hartaron los anti demócratas y los farsantes populistas que luego se toman el poder. Su medida de no renovar la concesión constituye una demostración más que la democracia en Venezuela va apagando su luz y que, a paso firme, camina hacia un totalitarismo peligroso para ellos e, incluso, para la región Sudamericana.

Este es un nuevo paso a eliminar a las supuestas minorías opositoras al gobierno y un nuevo paso hacia un régimen que se olvida de las máximas extensiones de los derechos políticos y que aplasta cualquier posibilidad de que haya una alternancia en el poder o al menos alguien que levante la voz por esa minoría, esto se llama libertad de expresión y al parecer Chávez se olvido de ella. Por qué importarle, si ya tiene grandes atribuciones y muchos años por gobernar; pues le importa, porque está ejecutando los últimos tips que aprendió de Fidel Castro, los mismos que aplicó Pinochet, a los que, por cierto, se opuso el Senador Alejandro Navarro (PS) en su tiempo. Me pregunto como se puede criticar una cosa y luego no… ¿Diciendo que fue una emisora con evidentes incitaciones golpistas? No me parece, el Senador se escuda en argumentos que, aunque parecieran tener validez, distorsiona la realidad. Él sabe que éste cierre tiene un claro sentido, uno que hasta el más ciego es capaz de ver.

Por lo demás, el día de ayer el Congreso de Brasil fue denominado por el presidente Venezolano como “un loro de Washington” por haber criticado el cierre de la estación televisiva. Lo más interesante de todo es la respuesta que da el Senador brasileño Renan Calheiros:

“si un jefe de Estado no sabe convivir con manifestaciones democráticas, probablemente está en contra de la democracia”

No nos convirtamos en avestruces, saquemos nuestras cabezas del fondo de la tierra, despertemos del estado catatónico y démonos cuenta de que definitivamente, como alguna vez le dijo Chavez a Bush, aquí “huele a azufre”… ¿O no?