La reciente conformación de la Unión de las Naciones Sudamericana y cuyo origen proviene del año 2004 con la llamada Comunidad Sudamericana de Naciones viene a reafirmar la idea de una necesidad de todo continente para afrontar las necesidades propias de cada cultura y territorio.
Con la tan demacrada y dividida política latinoamericana esta UNASUR viene en el mejor momento para generar un consenso continental capaz de mover masas y generar un mayor y mejor desarrollo económico e incluso cultural a través de la integración total. Los recientes conflictos entre Colombia, Ecuador y Venezuela debido a los temas que los unen con las Farc y los conflictos limítrofes entre Perú y Bolivia contra Chile, dan lugar a una tensión política que genera constantes trabas. Esta nueva comunidad internacional da potentes señales de una necesaria integración, promovida por el principal agente económico de Latinoamérica como es Brasil y liderada por Chile con el cargo de “presidencia pre tempore”.
Que sea Chile el que presida esta comunidad da una señal internacional de la estabilidad política y democrática de la que goza y el apoyo unánime le da aún más fuerza a esta reciente comunidad. Permitamos entonces que la unión sea efectiva económicamente a través de un mercado libre de trabas innecesarias, con políticas públicas de los Estados y acuerdos bilaterales y multilaterales que le den sentido. No dejemos que esta sea otra ilusión y esperemos que la constitución legal de la UNASUR en materia internacional se respete por todos; la buena fe es clave en su funcionamiento.
Pablo A. Sepúlveda León.
